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domingo, 19 de junio de 2011

GEMMA GALGANI 2 de Junio del 2011con audio



Original  en francés
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
para escuchar  el  audio  haz clic  aquí

Yo soy Gema Galgani. Hermanos y Hermanas encarnados, que el Espíritu esté en vosotros.  Vengo, como Vibración de la Unidad, a completar ciertos elementos que había dado, hace algunas semanas de vuestro tiempo.  Vengo a hablarles de la Vía de la Unidad y de la Presencia. Hemos estado todos confrontados, en nuestras vidas, al principio  inmutable existente en este mundo, llamado el Bien y el Mal.  El Bien y el Mal, en efecto, es lo que regula el conjunto de los hombres y de las mujeres, a través de eso que vive la carne, el alma y el Espíritu al curso de la encarnación. El hombre y la mujer, de buena voluntad, va a buscar, durante su vida, a establecerse en el Bien pero, por supuesto, sistemáticamente, existen las fluctuaciones de ese Bien y las fluctuaciones del Mal, alternando al seno mismo de la vida humana, cualquiera que ella sea.  Mismo la vida  más luminosa no está exenta de sufrimiento y por consiguiente, de alteración de su vida.  El Bien y el Mal forman pues parte integrante del alma en encarnación.

La Vía de la Unidad, de la que querría hablarles, es, de alguna manera, una forma de transcendencia del Bien y del Mal, donde el alma y el espíritu en encarnación se elevan al seno de la Morada del Espíritu y allí viven una Conciencia donde el Bien y el Mal no existen más, donde ellos son observados como formando parte de un mundo donde el Espíritu no existe en totalidad y sobre todo, el Espíritu no conoce esta noción de Bien y de Mal.  El Mal forma parte integrante de la vida encarnada, como el sufrimiento y la muerte.  El Bien es eso que es buscado, ya sea a título personal, sea a título colectivo, por el conjunto de los humanos.  Obviamente, la búsqueda individual no es la búsqueda colectiva. La búsqueda del Bien está, la mayoría del tiempo, manchada de deseos, de impulsos no teniendo nada que ver con el bien común.  Eso se llama el individualismo o el ego. Entonces, por supuesto, al nivel del Bien colectivo, puede parecer existir los elementos más motivadores y más luminosos. Y con todo, muchos de los seres humanos, en el seno de un grupo buscando el Bien, van a oponerse a otro grupo de seres humanos, ellos también, buscando el Bien.  Simplemente, cada grupo, cualquiera que sea su importancia, no tiene la misma visión, ni el mismo concepto, del Bien. Llegando incluso que en nombre del Bien, algunos grupos se enfrenten.  Eso lleva irremediablemente al alma a plantearse la pregunta y a comprender que el Bien de un grupo no es el Bien de otro grupo.  Entonces, ¿dónde está el Bien, donde está la Verdad?  Puesto que el objetivo del Bien de un grupo no es absolutamente el mismo que el del otro.

¿Dónde se sitúa la Verdad?  Eh bien, la Verdad no es de este mundo.  La Verdad está presente en el seno del  Espíritu y el Espíritu no conoce ni el Bien ni el Mal.  El Espíritu está más allá del Bien y del Mal, lo transciende englobándolo y sobrepasándolo.  Así pues el Espíritu pertenece, de manera definitiva, a la Unidad, esta Unidad que yo he portado en mi última encarnación, desde mi nacimiento hasta el final de mi joven vida, donde me fue dado vivir la presencia del Cristo y del Espíritu, de los Angeles, de manera cotidiana. Aunque el cuerpo que yo habitaba sufría, no estaba afectada en mi Conciencia y en mi Espíritu por este sufrimiento, simplemente porque me establecía en la Unidad. Se les ha dicho a menudo que la Unidad es la Alegría, que la Unidad es la Paz. Entonces, por supuesto, la Unidad, es posible de adherirla como un concepto, de adherirla como un objetivo.  Pero la Unidad no es un objetivo ni un concepto.  Es un estado de ser transcendiendo todos los límites perteneciendo a este mundo y a la personalidad.  La Unidad no puede en ningún caso formar parte de la personalidad.

La Unidad es la visión del Espíritu correspondiendo, también, a eso que desarrollaré próximamente y que es llamado La Presencia.  La Unidad es un estado donde no existe ningún sufrimiento.  Incluso si el sufrimiento existe en el seno de este mundo y se percibe, mismo si el sufrimiento existe en el cuerpo que es habitado, el Espiritu eleva, más allá de este estado, la Conciencia, engloba, de alguna manera y sobrepasa de sobra, transcendiendo, todos los elementos en relación con el Bien y el Mal.  La Unidad es pues un estado de la Conciencia, ante todo, que afecta el Espíritu, que afecta el Cristo, el Sol, poco importan los nombres que le den sino, en todo caso, un estado donde no existe insuficiencia, ni sufrimiento, un estado que hoy el ser humano puede vivir, individualmente o colectivamente, por el regreso de la Luz.  La Unidad confiere también un cierto número de características del estado de ánimo, viniendo a transcender, literalmente, la personalidad.  La personalidad del ser humano siempre se caracteriza por la carencia, por el deseo, por la necesidad, por la comparación y, por supuesto, por la permanente alternancia de Bien y Mal.

El estado de Unidad, cuando se establece y aparece, viene a trastornar el conjunto de lo establecido, permitiendo transcender todos los límites y un conjunto de cosas que eran procedentes del mental, propios a la personalidad, a las emociones, pertenecientes a la personalidad.  La Unidad no es un estado mental.  La Unidad no es un estado emocional.  La Unidad es, efectivamente, un estado de Alegría. Desde que el ser humano alcanza este estado, en íntima convicción. No puede preguntarse si está en Unidad o no ya que la vive en cada respiración.  Vive pues el Espíritu y el Espíritu, cuando toma posición del alma y del cuerpo viene a transmutar el alma y a transmutar el cuerpo, y eleva a los niveles Vibratorios muy diferentes de la causa común de la encarnación.  Tiene, en efecto, en ese momento, la presencia de una visión panorámica englobante, donde todas las separaciones que existían desaparecen ellas mismas. Los muros se derrumban, la personalidad es, hasta cierto punto, superada y transcendida, ella misma, por la potencia del Espíritu, por la potencia de la Verdad, permitiendo establecer la Presencia.  En la Unidad, no hay ni afecto y con todo el ser está plenamente presente. No es indiferente ni distante ni en otra parte sino, justamente, plena y completamente allí, presente a cada instante y a cada respiración. Muchos de los seres llamaron a eso el Presente Eterno, haciendo, allí también, transcender y superar los límites del tiempo, donde la persona no está ya afectada ni por su propio pasado ni por el pasado de la humanidad, ni por el futuro, el suyo como el de la humanidad.  Este estado de Unidad es pues independiente del tiempo que pasa, independiente de toda herida, independiente de toda proyección.  Se manifiesta, ante todo, por la Alegría Interior donde el humor, hasta cierto punto, no está afectado por el vaivén del mental, por el vaivén de las emociones o las circunstancias de la vida.  El ser humano, en ese momento, puede hacer, puede manifestar y conducir su vida como todo ser humano pero la Consciencia no es ya la misma.  Entonces, en ese momento, hay Elevación, Ascensión, hay Transmutación y Resurrección del Espíritu en la carne, transmutando, a su vez, la carne y elevándola en los ámbitos del Espíritu.

Por supuesto, alcanzar la Unidad ya requiere de aceptar, mismo mentalmente, que existen los estados bien diferentes de la Dualidad inexorable de la encarnación, aquí, sobre esta Tierra.  Al ya colocar esta aceptación, se da un primer paso hacia la Unidad pero no obstante, no es aún la Unidad ya que, por supuesto, el conjunto de las estructuras de la personalidad va hacer todo para refutar la Unidad, para refutar mismo la Creencia en esta Unidad.  La personalidad solo existe por el juego de la Dualidad, por la alternancia del Bien y del Mal, hecha de satisfacciones, de privaciones.  Entonces, por supuesto, todos los constituyentes de la personalidad van siempre a hacerlo todo para alejar, hasta cierto punto, este peligro de la Unidad.  La Unidad se vive como un peligro, tanto por la personalidad como por el conjunto de la Humanidad ya que la humanidad tiene miedo de perder un cierto número de cosas adquiridas en la encarnación.  La personalidad, también, tiene miedo de perder su rol y su superioridad ya que en efecto, cuando la Unidad se despliega, hay realmente una transcendencia y aparentemente, una muerte total de la personalidad, una muerte total de toda reivindicación ya que, en ese momento, el ser humano se vuelve entero y total, cuerpo-alma-Espíritu Unificados en la misma Vibración y en la misma percepción de la Consciencia.  Entonces, por supuesto, muchos de los Ancianos les han hablado, hoy, de las Vibraciones que pueden existir y manifestarse, traduciendo por otra parte el acceso a esta Consciencia Unificada.

Vivir la Unidad es la más grande de las alegrías que puede vivir un ser humano en encarnación ya que esta Alegría no depende nunca de cualquier circunstancia exterior ni de cualquier satisfacción.  Es simplemente el establecimiento de la Consciencia, en su aspecto más extenso, que desencadena esta alegría y esta forma de integridad, donde nada viene falta, donde nada se desea ya que todo se establece en el Ser y en la Presencia.  La Presencia es entonces un estado de Consciencia particular donde se manifiesta la plenitud, la perfección, la ausencia de deseo, la ausencia incluso de necesidad.  Mismo si el alma puede recorrer aún todos los placeres, entre comillas, de esta vida, ella no está ni apegada ni sometida, ella está totalmente, desapegada.
La Unidad es también la transcendencia de la historia personal de la encarnación, donde nada puede ya venir a afectar, ni puede intervenir de cualquier manera, el Eterno Presente que es encontrado.  La Unidad es, efectivamente, este Abandono a la Luz y ese don total, de sí mismo, a la Luz.  Y ese don total se acompaña de una ausencia total de pretensiones.  El ego está transcendido y transmutado por el Soplo y el Fuego del Espíritu.  Incluso si el ser puede, en ese momento, manifestar, en los momentos dados, las actitudes habituales, visibles del exterior, de una personalidad, no es nada estrictamente ya que la Conciencia ha sobrepasado de sobra el marco de la personalidad para establecerse en esta noción de Êtreté, de Conciencia Unificada y también, sobre todo, de un estado de Presencia.  Este estado de Presencia es un estado de unión total con la Luz, con la Vibración de la Luz y con el estado Cristo, al que nombran KI-RIS-TI.

Por supuesto, la Unidad puede a veces ser una experiencia, transitoria y temporal, pudiendo manifestarse durante el curso de ciertos trabajos o de ciertos estados, vinculados directamente al acceso a la Alegría Interior o al Samadhi. Pero una vez que la erupción de la Conciencia se produce en el Espíritu, es necesario, por supuesto, dejar desplegar el Espíritu totalmente y dejar borrarse, hasta cierto punto, la personalidad, los deseos, todo eso que hace que la historia personal de una vida no tenga ya ningún sentido, en el Espíritu.  Mientras se adhieran, a vuestra propia historia, ya sea que sean tributarios de sus propios sufrimiento, les dan un peso impidiéndose alcanzar la ligereza del Êtreté.  Hoy, en los tiempos que están para vivir, tiempos de la Ultima Reversión, llevando a la Ascensión y a la Resurrección, estos conceptos son extremadamente importantes de aceptar, aún más si quieren incorporarse a su Unidad, vivir el Êtreté y eso que es llamado la multidimensionalidad. No pueden mantener uno y otro, al mismo tiempo.  Muchos, efectivamente, están persuadidos que pueden mantener una forma cualquiera de personalidad, con sus alegrías, sus bendiciones, su contenido, y el acceso a la Unidad.  Eso es totalmente imposible.

No pueden existir, en el mismo cuerpo y la misma Conciencia, los dos estados de la Conciencia totalmente opuestos: Uno que es fragmentario, que encierra y que limita y el otro que es ilimitado, que es Libertad, que es autonomía.  Es uno u otro. Más tiempo va a desarrollarse en el reloj de arena del tiempo que queda para pasar sobre este mundo, ustedes van a estar más lúcidos sobre las frases que acabo de pronunciar.  No podrán mantener la Presencia y mantener la personalidad.  Es una u otra.  Entonces, eso puede ser llamado un sacrificio, un abandono, un don de sí pero, en cualquier caso, eso va a aparecer a ustedes de manera cada vez más evidente, yo diría, cada vez más obvia. Recuerden que la Unidad desemboca obligatoriamente sobre la transparencia.  La transparencia, es ser capaz de dejarse penetrar y atravesar por todo lo que atraviesa el humano normal, sin engancharse.  Si una emoción ocurre, entonces la Conciencia ampliada, la Conciencia de la Unidad sabe muy bien que ella ya no es esta emoción.  Si una actividad mental se manifiesta lógica, en todas esas actividades que tienen que realizar, la Conciencia ampliada sabe muy bien que ella no es eso.  No pueden ya existir identificaciones a sus propias emociones, a sus propias actividades mentales, incluso a sus propias funciones.  Todo eso forma parte, diría, de un aspecto discriminante que la Conciencia va a explorar y a vivir, cada vez más, para todo ser humano.

Por supuesto, eso se les ha dicho, el marcador más importante de la Unidad, más allá de los aspectos Vibratorios que les han sido dados, es, por supuesto, la capacidad para estar en la Alegría, cualesquiera que sean las circunstancias de su humor, cualesquiera que sean las circunstancias de sus emociones, incluso, las circunstancias de su entorno. La Unidad es mucho más extensa que un mero concepto o que una simple adhesión a un principio.  Es un estado de conciencia, real y auténtica, poniendo fin a las luchas, poniendo fin a la personalidad en lo que tiene de limitado, en lo que ella tiene de fragmentado y de sufrimientos.  Incluso si existe un sufrimiento en el cuerpo, este es vivido en total separación, en armonía total ya que no puede haber, en ese momento, una identificación a cualquier sufrimiento manifestado por la carne o por la emoción.  Vivir la Unidad va a desplegar, a medida del despliegue de la Luz, ahora realizado desde la Ultima Reversión, para ustedes, la posibilidad de penetrar, de manera lúcida y totalmente consciente, esta Conciencia Unitaria y de vivirla. Pero recuerden, recuerden eso: eso será uno u otro, jamás los dos.  Es en ese momento que entenderán y vivirán el Abandono, o no, en totalidad, a la Luz, verificando por ello, si les es posible vivir la última Crucifixión.
Para eso, por supuesto, deben superarse un cierto número de acondicionamientos vinculados al humano, en esta Dimensión, sobrepasar ciertos apegos inherentes a toda vida,  los más importantes son, naturalmente, los miedos y sobre todo el miedo a la muerte o el miedo de aniquilación de su propia persona. Ya que si verdaderamente están establecidos en la Unidad, en la Conciencia ampliada, en la Conciencia del Espíritu, ¿qué miedo puede existir en este cuerpo? ¿Qué miedo puede existir en la personalidad que está transcendida y que está borrada ante el Espíritu y ante la Verdad? Estar Presente a sí mismo, estar Presente a Cristo y a la Luz no puede ser compatible, de ninguna manera, con un miedo.

El miedo va a traerles inexorablemente a la conciencia fragmentada y a alejarlos de la Conciencia de la Unidad y de vivir la Unidad. Entonces, por supuesto, hago hincapié en eso, este es el período que se abre ante ustedes, así como fue dicho por María y por los Arcángeles e incluso por los Ancianos, eso va a aparecerles cada vez más evidente. Una cierta forma de tensión puede hacerse dentro del ser, tensión hacia la personalidad y sus miedos y tensión hacia la Unidad. Eso hace parte, realmente, de la etapa que se abre ante ustedes ahora: ¿Van a aceptar, realmente vivir la Unidad?  ¿Van realmente a aceptar convertirse en la Luz? ¿Van a permanecer presos en este cuerpo, prisioneros en sus límites, prisioneros en sus acondicionamientos?  Eso no es una decisión mental, eso no es un deseo que va a realizarlo.  Eso no es la voluntad personal sino esta tensión hacia el Abandono, del que mi Hermana Hildegard les había hablado un día, y que corresponde de verdad a su capacidad para demostrar su aptitud, real, para establecerse en la Conciencia Ilimitada.

Por eso, más allá de la Alegría, que es el marcador principal, una serie de elementos pueden desarrollarse en sus vidas, que firmarán su adhesión y su vivir de la Unidad.  Un cierto número de elementos relacionados a la ley de la Gracia, a la ley de la Atracción van a substituir, poco a poco, los pesos de vuestras vidas. A veces, acontecimientos que puede ser, a primera vista, considerados como traumatizantes para la personalidad van, en general, a contribuir a establecerles en la Verdad de la Unidad. Es en esas circunstancias que van ustedes a demostrarse que verdaderamente están en la Unidad.  Es muy fácil proclamarse en la Unidad cuando, efectivamente, todo va bien en la vida de la personalidad. Es muy diferente cuando las circunstancias de la vida de la personalidad son profundamente desfavorables.  Es en ese momento que es necesario elevarse en la Vibración, sobre la pequeña persona, con el fin de establecerse realmente en la Unidad.  Es en ese momento, y solamente en esta condición, que la Presencia se revela a ustedes, que el Cristo se les aparece, que la Luz los inunda y los transporta en el Éxtasis. A medida que sean transportados en este Éxtasis, a mediad que serán crucificados, entonces, en ese momento, poco a poco o de manera fulminante, se desapegarán de la Ilusión, totalmente.  En efecto, cuando los Ancianos les dicen que el mundo es totalmente una ilusión, cuando los Arcángeles les dicen que su vida incluso es una ilusión, ellos no quieren decir que la vida es ilusión, sino que, la Vida es todo, excepto la ilusión de la vida que creen ustedes vivir. 

La verdadera Vida, la Vía, la Verdad y la Vida están en el Espíritu y no en la carne. 

Hoy, se les pide transmutar la carne y elevarla. Muchos han seguido, muchos han adherido a eso que los unos y los otros les hemos dicho. Les queda, ahora, probarlo. Les queda, ahora, demostrarlo, estableciéndose en su Unidad.  Y para eso, cualesquiera que sean las circunstancias de sus vidas, cualesquiera que sean sus edades, cualesquiera que sean sus desventajas, cualesquiera que sean sus sufrimientos, recuerden: nada de todo eso les pertenece ya que ustedes no son eso. Es a eso que les conduce la Unidad: A des identificarse totalmente de todo eso que hace la vida en la carne, pero sin dejar la carne sino transmutándola. No pueden mantener cualquier ilusión ya que la hora ha llegado de vivir la transparencia.  María les ha dicho: la transparencia llega a ustedes, ella viene a revelar, totalmente, lo que debe serlo. Si son Luz, si están en la Unidad, no hay nada a revelar. Pero no pueden mentirse a sí mismos. Se verán de manera cada vez más clara ya que, efectivamente, el momento del Juicio Final, tal como ha sido llamado por los profetas, corresponde solamente al cara a cara consigo mismo.  Pero no ustedes mismos en ese cuerpo sino ustedes mismos en la Verdad.  Ese último Juicio es una Verdad ya que, a la medida que han juzgado, se juzgarán a sí mismos. No hay juicio exterior a sí mismo, eso no existe, es usted mismo que se juzga a sí mismo y que se pesa a la medida de la Luz y de la distancia existente entre eso que creen ser Luz y la Verdad de la Luz.  Y ello deben concientizarlo. Les hablo, por supuesto a ustedes quienes pretenden vivir esta Unidad.

Ahora, recuerden, también que si ustedes no se mienten, que si ustedes están seducidos por la materia, no tienen tampoco que culpabilizarse de que eso sea ya que se les hará exactamente según su Vibración.  De toda forma, así como Maria se los ha dicho, es el conjunto de la humanidad que vive su Liberación.  Simplemente, esta Liberación conduce a un pasar a ser diferente según o no que estén establecidos en su Presencia y en su Unidad. No hay un camino mejor que el otro, no una Vibración que es mejor que otra, hay numerosas Moradas en la Casa del Padre o de la Fuente.

A ustedes les toca establecer, de acuerdo con ustedes mismos. Lo más importante, es el acuerdo con ustedes mismos ya que el que haya tenido una vida justa, en acuerdo total con sí mismo, será afectado mucho menos por el descubrimiento y el despliegue de la Luz que el que se mintió a sí mismo y mintió a la Luz.  Todo eso es algo que van a vivir, es algo que viene hacia ustedes, de ahora en adelante que hace parte del despliegue de la Luz en totalidad.  Por supuesto, ciertas de mis Hermanas les han hablado de los caminos los más rápidos para ir hacia eso: la inocencia, la Infancia, la Simplicidad, la humildad. 

Algunos Arcángeles les han hablado de los cuatro Pilares.  Todo eso reagrupa los mismos conceptos pero sobre todo las mismas experiencias a realizar y a manifestar.  Recuerden que, entre mas avancen los días y las semanas de vuestro tiempo, menos podrán mentir, a ustedes mismos como al exterior, ya que el cara a cara les revelará, en ese momento, sus propias mentiras. La mentira pertenece a la personalidad.  No puede pertenecer en ningún caso a la Consciencia de la Presencia y a la Consciencia globalizada, la Consciencia Unitaria. 

Así pues, experimentar la Unidad, es adoptar un comportamiento de acuerdo con esta Unidad pero, por supuesto, eso no debe ser una dificultad impuesta como una moral o algo exterior.  Es algo que es experimentado directamente por la propia Conciencia. En la Ultima Reversión que está en curso, sobre el planeta como en ustedes, van a deber probarlo y a forjarse, por lo mismo, en la Unidad o en la no Unidad.  Recuerden que la Unidad, ese estado particular de la Conciencia humana, los eleva más allá de todo sufrimiento.  Elevándolos, no los desencarna sino les permite vivir la encarnación de manera mucho más completa que lo que fue el caso hasta el presente, para la conciencia humana, en su totalidad.  Esta visión panorámica, este punto de vista profundamente diferente de la Unidad es algo bien real.  El alma humana que experimenta eso, la personalidad que lo experimenta, lo sabe de manera inmediata, ella no se hace más la pregunta de saber si ella la ha alcanzado o no.  Ya que es transpirará, en totalidad, en las Vibraciones, en la Alegría, en la propia vida que se despliega entonces según el principio de la Gracia y no según el principio del libre albedrío, según el principio de la acción y reacción.  La vida se vuelve libre. Cualesquiera que sean los sufrimientos, cualesquiera que sean las condiciones, es totalmente libre y liberada de estas condiciones y estas circunstancias.  He aquí lo que deben manifestar, cada vez más.  Aquí lo que debe crecer, nacer en ustedes, hasta la hora de lo que se llama el Juicio Final, que no es otra cosa que su Resurrección en la Eternidad.
Entonces, por supuesto, cuanto más se les establecerá en la Unidad, de manera total, menos ustedes, hasta cierto punto, sufrirán de cualquier manera por el Choque de la Humanidad, porque ya se habrán convertido en la Luz, ustedes ya se habrán convertido en transparentes. Y la Luz, entonces, no encontrará ningún obstáculo dentro de su Conciencia: se habrán convertido en la Fuente, se habrán convertido en Todo ello y serán nada, al mismo tiempo. Entonces los comprometo, firmemente, a que vayan más allá de las palabras. Los comprometo, firmemente, que vivan eso y, para eso, no hay otras elecciones que las de hundirse ustedes mismos literalmente en este estado de Abandono, en este estado de donación de sí mismos a la Luz, enteramente. El conjunto de las Vibraciones y el conjunto de sus percepciones Vibratorias permite eso, ahora, enteramente. Como se los dijo Maria, las Coronas se fusionan y sobre todo, el abrasamiento por el Fuego del Espíritu, traduciéndose en el Despertar del Kundalini, va a hacerse cada vez más sensible, en ustedes, y observarán por otra parte, con este motivo, por el Despertar mismo de este último Fuego, si existen en ustedes zonas de resistencia o no. Recuerden que no existe ningún obstáculo físico, ningún obstáculo exterior que pueda impedir esta subida fulgurante del Kundalini. Sólo pueden existir, en ustedes, los obstáculos vinculados a la personalidad.
Absolutamente nada puede existir del exterior ya que incluso las circunstancias de sus vidas vienen determinadas por ustedes mismos y solamente por ustedes. No existe (como lo constatarán, si llegan a estos Estados) absolutamente nada del exterior ya que, en la Unidad, el interior y el exterior no hacen ya que uno: son este cuerpo a la vez pero son todos los cuerpos a la vez del planeta. Son las estrellas a la vez, son el grano de arena. Eso no es una vista del espíritu sino un vivir del Espíritu. Aquí lo que debe desplegarse, he aquí sobre lo que vuestro mental, mismo vuestro mental, debe inclinarse de manera la más seria. Mientras reivindiquen para ustedes mismos, no están en la Luz.  Mientras que jueguen un rol por relación a otro juego de la Dualidad, con sus diferentes componentes.  Es de eso que es necesario extraerse, de manera urgente por el despliegue de la Luz que viene a ustedes.  Aquí las palabras complementarias que tenía que darles, sobre la Unidad y la Presencia, sobre la Verdad y la Unidad. Si hay en ustedes preguntas con relación a eso, de manera general, no individual, entonces nosotros vamos, juntos, a intentar avanzar más, quizá sobre eso.

Pregunta: ¿uno de los marcadores de la Unidad es vivir las cosas difíciles sobre otro nivel?  Querida Hermana, cada alma tiene un destino y un camino diferente, en la encarnación y en el Espíritu. La Luz puede a veces encontrar caminos bruscos, para acercarlos a ella. Entonces, efectivamente, una serie de elementos difíciles pueden manifestarse pero estos elementos difíciles contribuyen a crecer la Luz. La Luz permite verlo claramente. Lo principal es no sucumbir a este sufrimiento, cualquiera que sea, y de permanecer en la Unidad. Existieron, en la historia humana, muy numerosos ejemplos de Conciencias habiendo vivido su Unidad enteramente, habiendo sido afectadas tanto de enfermedades muy graves como de circunstancias de vida a veces muy dolorosas. Pero toda la diferencia viene precisamente de la Conciencia Unitaria que ya no se identifica a todo eso.  Ahora, la Alegría, cualesquiera que sean las circunstancias exteriores, es aparente. En la Unidad no puede ya haber efecto vinculado a un sufrimiento cualquiera que este sea. Recuerden también que en el último paso, efectuado aquí hace poco tiempo (la penúltima Revocación, la Apertura de la boca), una serie de Sombras se eliminaron por la propia Conciencia, permitiéndoles ver claramente sobre lo que estaba aún allí. Se hizo hincapié por otra parte en el hecho de no dar peso a lo que se veía y vive sino, simplemente, al observarlo, al aceptarlo, había transcendencia de esta forma de sufrimiento. Eso es válido también para las últimas cosas que tienen necesidad encenderse, con el fin de encontrar la transparencia total de la Unidad y la Presencia. Pero recuerden que, cualquiera que sea lo que se manifieste al exterior o dentro, lo más importante es encontrar la Alegría y la Paz ya que la Unidad es Alegría y Paz. No puede ser diferente.
Pregunta: ¿la instalación en la Conciencia Unitaria es una elección solamente de Conciencia? Sí, nunca no puede ser una elección de la personalidad. Ya que la personalidad hará todo para alejar a ustedes de este estado ya que sabe muy bien que eso firma su final, su final como elemento motriz y dominante ya que, en ese momento, la personalidad se vuelve, enteramente, sujeta a la Unidad. Se podría, avanzando aún más, decir que esta elección no es una elección, es un establecimiento natural en cuanto la Dualidad es superada y transcendida. Eso se llamó: realizar el Sí. Eso se llamó la Realización. Eso se llamó de distintos nombres. Pero eso cubre siempre la misma realidad, aunque, según las culturas, los tiempos, las descripciones pudieron, a veces, ser diferentes.

Pregunta: si la personalidad no está a favor de nada en el establecimiento en la Unidad… 
No puede absolutamente nada, al contrario.

Pregunta: ... ¿cómo desarrollar estos accesos a la Unidad y estos momentos de gracia? Simplemente al hacer callar, sin obligarlo, todo lo que es del orden de la personalidad. Eso es el objetivo de la iluminación de la Luz, que viene a mostrar las zonas de opacidad, las zonas fragmentadas existiendo en toda personalidad. Entonces, en ese momento, el simple hecho de aceptar ser encendido por la Luz contribuye a establecer la Unidad y la Gracia. Eso corresponde, punto por punto, a un conjunto de enseñanzas principales que les ha dado el Arcángel Anaël, Arcángel de la Relación y del Amor, aquí ahora hace dos años. Es eso, el Abandono a la Luz.
Pregunta: ¿si ya se viven los Estados Unitarios, por qué no se tiene acceso más fácilmente?  Eso está simplemente vinculado, una vez más, a la opacidad de la personalidad. Recuerden que la personalidad hará todo para alejarlos de este estado. Entonces, por supuesto, una serie de técnicas, de maneras de proceder les fueron dadas por los Ancianos, por ejemplo. Pero, más allá de eso, el Abandono a la Luz se realiza y permite penetrar, diría, la Eternidad del Êtreté, de la Presencia, de la Unidad cuando se realiza el sacrificio último, es decir, cuando la personalidad acepta borrarse completamente. Eso también se llamó de distintos nombres, la humildad y la simplicidad siendo los elementos más importantes. Mientras existe, en la persona viviendo en la carne, un deseo de apropiación de cualquier cosa, aunque eso parezca justificado según las normas morales, sociales, éticas de la humanidad personificada, no puede haber Abandono a la Luz. La Luz, el estado Cristo, pide un abandono total de lo que no es la Luz. Y eso requiere una iluminación, esta iluminación se hace más o menos enérgicamente, más o menos rápidamente, según cada camino. Pero recuerden también que, cuando se les ha dicho que todo está ya allí, es el caso efectivamente,

No hay nada que buscar exteriormente. Eso también, es una toma de conciencia. Eso también es la Verdad de la Unidad. Pudieron llevar numerosas vidas a meditar, rogar para acercarse de este estado pero penetrar este estado, enteramente, no puede hacerse realmente que cuando hay sacrificio total de la personalidad, no en su aniquilación y su desaparición incluso de la encarnación, puesto que  todo debe realizarse aquí. Y cuando no aceptan no ser nada, no pueden convertirse en Todo ello, si son aún algo sobre este mundo. Y eso, por supuesto, no quiere decir que es necesario retirarse en alguna parte donde no existe ya nada. Este mecanismo pasa dentro ustedes y no en cualquier posesión exterior. Ya que pueden no tener y desear poseer el mundo y pueden poseer mucho, no teniendo nada.

Pregunta: ¿la Unidad, es estar Aquí y Ahora en la Alegría? Sí, la Unidad está en el Aquí y Ahora ya que la Unidad sólo conoce este tiempo. No conoce la concepción lineal del tiempo y la Conciencia que vive su realización, escapa a la influencia del tiempo, es pluridimensional. No puede existir ni en el momento siguiente ni en cualquier pasado que sólo existe en este mundo. Allí también, puede tratarse de una técnica o de un medio de acercarlos de la Unidad, es centrarse, a cada respiración, en el Aquí y Ahora y pedir, cada vez, si están en el aquí y ahora. Pero eso no basta. Es necesario también abandonarse a la Luz. Y eso es efectivamente más fácil si están Aquí y Ahora, si no están en el momento siguiente o en su pasado.

Pregunta: ¿cómo vivir la Unidad cuando existe puestas en Luz de nuestras Sombras? Querida hermana, la puesta en Luz de las Sombras es lo que permite alcanzar la Unidad. Lo importante, es no retrasarse en lo que se ve. Es necesario estar de acuerdo en lo que se ve como Sombra. La personalidad va a hacerte creer que tú eres estas Sombras. El Êtreté va sacarte de estas Sombras, no rechazándolas lejos, no enterrándolas sino iluminándolas.

Pregunta: ¿si la Alegría no es duradera, se debe exclusivamente a sombras no reveladas?  Sí, ya que no existe ninguna razón, cuando se supera la personalidad, crucificada, despertada, cuando la carne se transmuta, no existe ninguna razón para que la Alegría no sea duradera y eterna, cualquiera que sea la circunstancia, las circunstancias de la vida de esta carne. Existen experiencias y el conjunto de lo que vivieron los condujo a vivir algunas experiencias. Hoy, no es ya la experiencia que debe vivirse sino es el estado, y eso pasa por una elección crucial. Es el caso decirlo. 
No tenemos más preguntas. Les agradecemos. Hermanos y Hermanas, que mi Presencia entre ustedes despierte, en ustedes, su propia Presencia. Esto será mi bendición para ustedes. Que la Presencia de la Unidad se revele. En unos instantes. 

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